jueves, 4 de marzo de 2010

Acunando sensaciones

La frescura del rocio
festejando el nuevo dia...
el primer rayo de sol entibiando
el polvo del angosto camino,
anunciando que otra vez...
el cielo esta aclarando.


Recortando el infinito
un puñado de arboles reflejan sus verdes,
envuelven a la vieja casa,
ayer morada de mis viejos,
cuna de mi distendida niñez,
añoranza de mi adolescencia
y hoy refugio de mi presente.


El molino herrumbroso otea desde la altura
y con cada vuelta de su rueda
sabe sacarle a la tierra,
lo que esta que supo filtrar con su sabiduria,
ese elemento fresco y cristalino
siempre dispuesto a saciar mi sed.


Vientos cambiantes, soplan ansiosos
hamacan los cultivos, los invita a crecer,
tocan su musica en los añosos eucaliptus
y zumban en las delicadas hojas de las casuarinas,
me acarician la cara, me ofrecen su vaiven.


Paleta de colores que llenan mis ojos....
naranja de silenciosos amaneceres,
verde de ondeantes mares de soja,
azul de diafanos dias,
amarillo de pendientes limones,
gris de amenazantes nubes bajas,
rojo de cansados atardeceres...


Aroma a fruta fresca endulza la mañana
fragancia de azahares despiertan las ganas
perfume de rosas rojas... sensacion de verano
olor a tierra mojada, anunciando el chaparron!!


El sonido de la lluvia, golpeando en la hierba,
generando vida a lo sembrado con esperzanza,
truenos lejanos retumban en la tarde
silencios invadidos por la risa de mis hijos
disfrutando del espacio,
algun tero anunciando su presencia
e invitando a mantener la distancia.


Coronando las costumbres,
alimentando las tradiciones...
el reparador momento de la siesta
o el esperado sabor de un mate amargo
siempre dispuesto a ser compartido.


Cuando la tarde cae sin consuelo
esa luna enorme, magia de la noche,
brillante, inalcanzable, me ofrece su compañia
e incita a sensibles estrellas
a salpicar el espacio, a cubrir con su manta
el solitario espacio desnudo
a acompañar la soledad de las distancias.


Cuantas sensaciones, despertas en mis sentidos
cuantas gracias por esta vida, cuantas....
cuando ya la carne no sea el abrigo de mi alma
elijo quedarme a disfrutar del campo
elijo quedarme a disfrutar de esto
que alguien llamo.... "paraiso".



Autor: Ropero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

melancolia por TU sentimientos lejano,

tus pasos por

la vida,estan presentes.

Veo que DIOS,tu señor,te ha permitido

contar hoy lo acontecido,ya las escarchas de la vida

estan inundandote,para que vivas en felicidad y entre recuerdos del ayer dormido.

Anónimo dijo...

Cada linea transporta a tu vivencia del campo, es maravilloso lo sientas y lo elijas como tu morada. Alguna vez te dije que te Admiro Ropero?????
YO