Tras el frio vidrio anelaste mi llegada
mirabas ansiosa, como vestia
agitabas tus manos sin temor
llegaba ya tras una jornada
Vi tus ojos agrandarse de alegria
y tu ceño tenso despreocupada
corriste al encuentro sin mirar atras
para alegrar mi humilde llegada
Preguntaste por donde andaba
sin perder un solo segundo
me abrazaste deciendo..te quiero
y se libero mi alma al mundo
Quien podria curar mis heridas
mas que esa tierna y noble mirada
cuan poco conforma mi cuerpo
siempre pido por vos en las mañanas
Algun dia vere tristemente
volar otra alma asustada
ya no tendras rumbo fijo
pero yo, yo no te pierdo pisadas...
Autor: Magnanimo
Dedicado a mis hijos...Florencia y Marcos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario